20 abr 2011

El llanto en el jardín

En el íntimo pliegue de la rosa,
tan olorosamente recogido,
se vestía de flor para el olvido
la niñez de tu lágrima amorosa.

Entre mejilla y pétalo dudosa
copiaba un mundo frágil y dormido
todo fuego y piedad dentro del nido,
todo simiente y alma temerosa.

Pasó entonces el ala de la abeja
como vibrante corazón del viento
y un alba triste disipó el rocío.

Lánguida y apartada de tu queja
asumías la rosa en el aliento
que lenta espina trasladaba al mío.

Dionisio Ridruejo

No hay comentarios:

Publicar un comentario