11 mar 2013

Todo vale la pena

Todo vale la pena.
Espero ansiosamente telegramas que digan,
por ejemplo: "Aceptado", o: "Llegué bien. Abrazos."
Pago cualquier precio por un coñac decente;
pierdo noches enteras con cualquier muchacha.

Todo vale la pena.
Todo me arrebata y esto es lo terrible;
todo me apasiona y es, sin embargo, tonto;
todo debería parecerme nada,
mas las naderias son mi vida, mi todo.

Todo vale la pena.
Llevo el capital social de mi negocio
como un piel-roja lleva su pluma arrogante.
Es una miseria; no significa nada;
mas mi sangre suena: vivo, soy dichoso.

Gabriel Celaya

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