Está tu imagen, que admiro,
tan pegada a mi deseo,
que, si al espejo me miro,
en vez de verme, te veo.
* * *
Perdí media vida mía
por cierto placer fatal,
y la otra media daría
por otro placer igual.
* * *
Sueñe o vele, no hay respiro
para mi ardiente deseo,
pues sueño cuando te miro
y cuando sueño te veo.
* * *
Ten paciencia, corazón,
que es mejor, a lo que veo,
deseo sin posesión
que posesión sin deseo.
* * *
La amo tanto, a mi pesar,
que aunque yo vuelva a nacer,
la he de volver a querer
aunque me vuelva a matar.
Ramón de Campoamor
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